4 sept 2010

Echando una pavita


El derecho al descanso es incuestionable, pero este vendedor pone a cualquiera a dudar de ello, si se toma en cuenta que eran las 12:55 del día cuando decidió echar una “pavita” en una acera de la calle Tunti Cáceres, ensanche La Fe. Tres conjeturas pueden derivarse del hecho: la venta anda muy mal y el vendedor es víctima del desconcierto. La salud le ha fallado al humilde trabajador. Y la tercera hipótesis: puede ser que el hombre se excediera en el almuerzo y entrara en deliciosa siestecita.


Foto Joselito Peña