Por lo menos quince personas han muerto y algunas continúan desaparecidas tras los tres terremotos de magnitud 5,8, 5,3 y 5,1 grados en la escala Richter que sacudieron este martes la región de Emilia Romagna (norte de Italia) y que causaron el derrumbe de varios edificios y naves industriales.
El jefe de la Protección Civil, Franco Gabrielli, informó del último balance de víctimas de los dos sismos ocurridos durante la jornada de hoy, que estuvieron acompañados de numerosas réplicas.
Por otro lado, el director de Protección Civil en la región de Emilia Romagna, Demetrio Egidi, explicó al canal "Skytg24" que existen cientos de heridos, y que se han recibido unas 6.000 peticiones de evacuación.
Los temblores se produjeron en la provincia de Módena, en la región de Emilia Romagna, la misma zona en la que ya tuvo lugar el terremoto del pasado 20 de mayo, que causó siete muertos y 5.000 evacuados.
Mientras se intenta identificar a la totalidad de las víctimas mortales, por ahora se ha comunicado la muerte de dos trabajadores, un marroquí y un indio, en el derrumbe de la nave industrial de la empresa Meta de construcción en San Felice sul Panaro y de un técnico italiano que había acudido a la fábrica para comprobar su estabilidad.
Otras dos víctimas mortales se han producido en derrumbes en otra fábrica en la localidad de Mirandola, que justo este martes abrió al haber sido declarada segura tras el terremoto del 20 de mayo.
Un anciano murió al ser golpeado por una cornisa en Concordia y otra víctima mortal se produjo en Finale Emilia, también al derrumbarse su casa.
También se registró la muerte del párroco de Rovereto di Novi, cuando le golpeó una piedra que se desprendió del techo de su parroquia.