Dueña
de una solícita intrepidez, camina, casi siempre sola, por la vereda filosa de
los resbalosos pasos de muchos políticos mañosos.
Audaz
y atenta. Sensitiva y tenaz. Auscultando el latido añejo de la administración
pública dominicana, en fase permanente de derrumbe moral y descrédito
colectivo. Cabalgando, con frecuencia a trotes, sobre el lomo ardiente de las
más encabritadas denuncias, Nuria es valiente aunque jamás hace alharacas.
Siempre
joven y dinámica. La investigadora apunta y acierta, y cada reportaje suele
hacer diana en la cara de la injusticia, de la depravación, del robo, del
pillaje, sin embargo, puede también acariciar la cara humana que ha sido
agredida, humillada. Continuar Leyendo →