Con
un bate entre las manos y una sonrisa en el rostro, el dominicano Manny Ramírez
saltó el sábado de un lado a otro en los vestuarios de los Atléticos de Oakland
mientras gritaba "¡He vuelto a la alineación! ¡He vuelto a la
alineación!"
El
vilipendiado pelotero de largas trenzas rasta y pañoleta roja ha recibido una
segunda oportunidad.
Ramírez
trata de volver a las Grandes Ligas un año después de retirarse de los Rays de
Tampa Bay en vez de cumplir con una suspensión de 100 partidos tras haber dado
positivo por segunda ocasión en una prueba antidopaje.
El
dominicano, además, lo está asimilando todo una vez más, señalando que
"simplemente tengo la fortuna de estar aquí y jugar el deporte que
adoro".