Así
lo recordaron hoy grupos de defensa de los derechos de los niños, después de
que un juez de Florida fijara la fecha del inicio del juicio de Cristian
Fernández.
El
menor está acusado del asesinato en primer grado de su hermanastro de dos años,
David Gallariago, así como de abusar sexualmente de otro de ellos, de cinco
años.
El
juez Mallory Cooper ha establecido el inicio del juicio por esa segunda causa
(la de los abusos sexuales) para el próximo junio, sin que de momento haya
fecha para el primero.
Según
la acusación, el menor confesó haber agredido al bebé, al empujarlo varias
veces contra una estantería, lo que le provocó un traumatismo cerebral en marzo
de 2011 al que no sobrevivió.
La
madre tardó más de cuatro horas en llevarlo al hospital, algo que según los
médicos fue clave para que no sobreviviera. Según la investigación, en ese rato
consultó por Internet su cuenta bancaria y descargó música.
El
niño tenía 12 años cuando ocurrieron los hechos (los mismos que tenía su madre
cuando él nació), pero las autoridades han decidido juzgarlo como adulto, por
lo que se enfrentaría a una posible condena a cadena perpetua sin derecho a
libertad condicional.
Según
explicó en su día la fiscal encargada del caso, Angela Corey, "en el
sistema de justicia juvenil estaría (en prisión) un máximo de dos años, y eso
no es una opción para proteger a la comunidad".
"Muchos
defensores de los niños han pedido que el caso se siga en el sistema de
justicia juvenil, para que no se enfrente a cadena perpetua sin libertad condicional
o se vea obligado a aceptar un acuerdo judicial en el sistema adulto, que
dañaría profundamente su habilidad para llevar una vida productiva una vez que
sea liberado", aseguró la organización Southern Poverty Law Center en un
comunicado.
Su
defensa argumenta que Fernández se crió en un ambiente familiar muy inestable,
donde era objeto de constantes abusos físicos, psíquicos y sexuales, por lo que
tratará de que se reduzca la gravedad de los cargos y que se tengan en cuenta
estas circunstancias.
"El
abuso físico y sexual están bien documentados en la corta vida de Cristian.
Además del patrón de abuso y negligencia al que se tuvo que acostumbrar, su
padrastro se suicidó con un tiro en frente de la familia para evitar ser
arrestado por cargos de abuso infantil", explicó la organización
Change.org.
Hace
meses se emprendió una campaña para recaudar firmas de apoyo a un texto que
reclama que el menor sea juzgado como tal.
"Es
un niño. Tiene la mente de un niño. Debe ser tratado como un niño. Dile a Florida
que los niños no son adultos. Este niño no debe ser tirado en una prisión de
adultos. Puede ser salvado. Puede ser reformado", afirma el texto, que ya
cuenta con más de 180.000 firmas.