Egipto vivió ayer su noche más jubilosa consciente de que el pueblo ha dado un vuelco a la historia con sus manos, tras la renuncia del presidente Hosni Mubarak.
En la plaza Tahrir, corazón de la revuelta que ha acabado con 30 años de presidencia de Mubarak, los muy elocuentes egipcios sufrían para encontrar las palabras.
Poco importaba. Lo importante para todos era vivir el momento, paladear la victoria, llorar, cantar, reír. Y en muchas ocasiones, todo a la vez.
Mubarak, poco antes de conocerse su abandono del poder, se trasladó a la localidad de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí. El gobernante viajó a Sharm el Sheij en un helicóptero militar que despegó de El Cairo antes de las oraciones del mediodía. Mas >>>
En la plaza Tahrir, corazón de la revuelta que ha acabado con 30 años de presidencia de Mubarak, los muy elocuentes egipcios sufrían para encontrar las palabras.
Poco importaba. Lo importante para todos era vivir el momento, paladear la victoria, llorar, cantar, reír. Y en muchas ocasiones, todo a la vez.
Mubarak, poco antes de conocerse su abandono del poder, se trasladó a la localidad de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí. El gobernante viajó a Sharm el Sheij en un helicóptero militar que despegó de El Cairo antes de las oraciones del mediodía. Mas >>>