Le han dado, y duro a las que andan pregonando que irán al premio Casandra con trajes de un millón de pesos, dándole seguimiento con ello al mismo recurso que se usó el año pasado, y que terminó en un desastre vergonzoso para quienes lo articularon. De nuevo han vuelto los diseñadores y unas muchachas de la televisión, que todavía nadie conoce, a hacer el ”bulto” de que desfilarán por la alfombra con trajes muy costosos, cuando bien se sabe que algunos de ellos son reciclajes de vestidos que se usaron el año pasado. Sólo que los disfrazan con pedrería artificial, de las cuales dicen que han sido traídas de oriente y Europa, creyendo que todavía aquí hay indios. Pero bien, la que le ha dado más duro es la comunicadora Anabel Alberto en una entrevista que le hizo Nikauly de la Mota en su programa Arriba y Alante este sábado. Anabel no solo censuró el recurso, sino que le pidió literalmente a la Dirección de Drogas Narcóticas que investigue a quienes han estado propalando la especie del vestido del millón de pesos. El asunto no deja de tener asidero pues algunas de las chicas que andan haciendo ostentación de la ropa que llevarán al Casandra son mujeres “no santas”, que están en el medio usando dinero ”lavado”, y que inclusive han aparecido en fotos con los dueños de algunas ”lavanderías”. Si la dirección ‘’se tira”, es probable que hasta algunos modistos terminen con ”la mesa al caco”, y que en vez de la alfombra roja, algunos tendrían que salir volando en una alfombra voladora, como la de Alí Baba y los 40 Ladrones, en los cuentos de Las Mil y Una Noche o Aladino y la Lámpara Maravillosa.