Subvierten
el ánimo y conducen a la ineludible conclusión de que el espíritu destructivo
es intrínseco al ser humano, las noticias comprobadas de que los dominicanos en
el béisbol organizado de Estados Unidos ocupan el primer lugar en las
estadísticas funestas de los consumidores de sustancias prohibidas.
Las
penas son severísimas tras la serie de escándalos que dejó maltrecha la imagen
del popular deporte y de figuras a las que ya se les hacía espacio en el Salón
de la Fama de
Cooperstown.
La
dureza del castigo iguala la falta, y no puede ser de otra manera si se quiere
salvar los principios básicos de la buena lid que rigen toda competencia
deportiva. Leer + →