Cada
dos minutos es asesinada una niña o una mujer en el mundo, situación que motivó
este jueves a las jefas de Estado y de Gobierno a exigir que se ponga fin a la
violencia contra la mujer en todo el planeta.
Una
inédita Cumbre de jefas de Estado y de Gobierno celebrada hoy en el marco de la
conferencia Río+20 urgió al mundo a poner fin a la violencia contra la mujer y
aceptar que "la mitad de la
Humanidad no puede seguir marginada".
La
cumbre fue convocada por ONU Mujeres, que dirige la exjefa de Estado chilena
Michelle Bachelet, quien alertó no sólo sobre la violencia de que son víctimas
las mujeres, sino también del impacto que tiene en ellas la miseria.
"Una
mujer o una niña muere cada dos minutos en el mundo a causa de la violencia o
el hambre", afirmó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, quien sostuvo
que ya "acabó" el tiempo de promesas sobre la igualdad de género y
llegó la hora de "pasar a la acción".
Según
Bachelet, las mujeres son las "peores víctimas" de las guerras, los
principales objetos del tráfico de personas y, todavía en muchos países, sufren
"muchos otros tipos de violencia", entre los que mencionó el
"casamiento forzado" o una absoluta falta de acceso a todo tipo de
método anticonceptivo.
"Las
mujeres no queremos menos. Queremos mucho más. No queremos retroceder y no
queremos seguir como estamos. Queremos avanzar", declaró Bachelet aclamada
por unas 700 mujeres apiñadas en uno de los principales auditorios de la
conferencia Río+20.
Esta
primera cumbre femenina, convocada por ONU Mujeres, congregó en Río de Janeiro
a las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, Costa Rica, Laura Chinchilla, y
Lituania, Dalia Grybauskaite, así como a las primeras ministras de Jamaica,
Portia Simpson-Miller, Australia, Julia Gillard, y Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt.
Asimismo,
asistieron las expresidentas de Irlanda Mary Robinson y de Finlandia Tarja
Halonen, y las exprimeras ministras Micheline Calmy-Rey, de Suiza, y Helen
Clark, de Nueva Zelanda, entre más de un centenar de políticas de unos 90
países.
Rousseff
se pronunció en la misma línea que Bachelet e instó a "acabar con toda
forma de violencia y discriminación de que las mujeres son víctimas", pero
no solamente "en los tiempos de guerra", sino sobre todo en "los
tiempos de paz".
La
mandataria, primera mujer elegida para gobernar Brasil, apuntó además que
"la lucha" por los derechos de las mujeres debe incluir también el
"combate a todas las formas de desigualdad y prejuicios", sean
relativos a etnias, religiones o sexualidad.
"Son
luchas antiguas, pero aún necesarias", dijo Rousseff, quien además se
pronunció en favor de que los Estados garanticen de forma clara a las mujeres
el "pleno ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos", así
como el "derecho a la planificación familiar".
Chinchilla
consideró esta inédita cumbre como "lo más oportuno" para que
"el liderazgo femenino replantee los esquemas de siempre", que
"hasta ahora estuvieron bajo la lupa de visiones patriarcales".