21 jun 2012

Esto si que es una noticia alarmante y preocupante



Cada dos minutos es asesinada una niña o una mujer en el mundo, situación que motivó este jueves a las jefas de Estado y de Gobierno a exigir que se ponga fin a la violencia contra la mujer en todo el planeta.

Una inédita Cumbre de jefas de Estado y de Gobierno celebrada hoy en el marco de la conferencia Río+20 urgió al mundo a poner fin a la violencia contra la mujer y aceptar que "la mitad de la Humanidad no puede seguir marginada". 

La cumbre fue convocada por ONU Mujeres, que dirige la exjefa de Estado chilena Michelle Bachelet, quien alertó no sólo sobre la violencia de que son víctimas las mujeres, sino también del impacto que tiene en ellas la miseria.

"Una mujer o una niña muere cada dos minutos en el mundo a causa de la violencia o el hambre", afirmó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, quien sostuvo que ya "acabó" el tiempo de promesas sobre la igualdad de género y llegó la hora de "pasar a la acción".

Según Bachelet, las mujeres son las "peores víctimas" de las guerras, los principales objetos del tráfico de personas y, todavía en muchos países, sufren "muchos otros tipos de violencia", entre los que mencionó el "casamiento forzado" o una absoluta falta de acceso a todo tipo de método anticonceptivo.

"Las mujeres no queremos menos. Queremos mucho más. No queremos retroceder y no queremos seguir como estamos. Queremos avanzar", declaró Bachelet aclamada por unas 700 mujeres apiñadas en uno de los principales auditorios de la conferencia Río+20.

Esta primera cumbre femenina, convocada por ONU Mujeres, congregó en Río de Janeiro a las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, Costa Rica, Laura Chinchilla, y Lituania, Dalia Grybauskaite, así como a las primeras ministras de Jamaica, Portia Simpson-Miller, Australia, Julia Gillard, y Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt.

Asimismo, asistieron las expresidentas de Irlanda Mary Robinson y de Finlandia Tarja Halonen, y las exprimeras ministras Micheline Calmy-Rey, de Suiza, y Helen Clark, de Nueva Zelanda, entre más de un centenar de políticas de unos 90 países.

Rousseff se pronunció en la misma línea que Bachelet e instó a "acabar con toda forma de violencia y discriminación de que las mujeres son víctimas", pero no solamente "en los tiempos de guerra", sino sobre todo en "los tiempos de paz".
La mandataria, primera mujer elegida para gobernar Brasil, apuntó además que "la lucha" por los derechos de las mujeres debe incluir también el "combate a todas las formas de desigualdad y prejuicios", sean relativos a etnias, religiones o sexualidad.

"Son luchas antiguas, pero aún necesarias", dijo Rousseff, quien además se pronunció en favor de que los Estados garanticen de forma clara a las mujeres el "pleno ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos", así como el "derecho a la planificación familiar".

Chinchilla consideró esta inédita cumbre como "lo más oportuno" para que "el liderazgo femenino replantee los esquemas de siempre", que "hasta ahora estuvieron bajo la lupa de visiones patriarcales".