Macaulay
Culkin, la estrella infantil de la saga cinematográfica Home Alone (Mi pobre
angelito), es una prueba fehaciente de lo difícil que es hacerse mayor en
Hollywood.
De
aquel rubio pícaro que hizo facturar millones a los estudios de Hollywood en
los 90 queda sólo la nostalgia.
La
carrera profesional de Culkin, que llegó a ser considerado el actor infantil de
mayor éxito desde Shirley Temple, murió después de su último trabajo de
cierto peso, The Good Son, un thriller en el que también estaba su hermana y
que fue el principio del fin para el joven actor de Nueva York.