Los
bancos comerciales del país manejan el negocio de las tarjetas de crédito a su
antojo, no importa leyes y reglamentos financieros. Existen trampas y ocultismo
que buscan que los clientes paguen grandes sumas en intereses, que es donde los
bancos obtienen los mayores beneficios.
“Las
instituciones que ofertan este tipo de producto, no siempre dan toda la
información que el tarjeta habiente o el consumidor necesita para, tomar las
decisiones más oportunas, en un momento determinado, que luego ni siquiera sabe
qué interés va a pagar.
Porque
esa información si se la dan es en una letra demasiado pequeña que no se lee o
no se la pasan”, dijo el sicólogo y economista Joaquín Disla a Nuria
Investigación Periodística.