Un periodista dominicano quillao porque mataron a Gadafi, increíble.
Las imágenes muestran a un hombre detenido vivo, luego golpeado, herido, y finalmente, con su cuerpo ensangrentado por las torturas, asesinado ante la obscena tarea fílmica de sus captores. Se trata, ni más ni menos, de un alevoso asesinato propio de bestias salvajes.
Peor aun, ese hecho brutal se comete en un escenario donde, desde el aire, aviones extranjeros arrojan indiscriminadamente bombas que destruyen y matan todo lo que queda a su alcance. Hombres, mujeres, niños. Bienes y hacienda. Una escena dantesca que, ya el lector percibe, se trata del asesinato sumarísimo de Muammar Gadafi.
Sin embargo, cabe decir que al margen de la notoriedad de la víctima, se trata sólo de uno más de los miles de crímenes que esas bandas dirigidas por el ente denominado “consejo nacional de transición” vienen realizando desde hace meses contra la población de Libia en su marcha fratricida desde Benghazi a Trípoli.