La falta de escuelas y de intérpretes de la lengua de señas constituye una de las principales limitaciones que enfrentan las personas sordas en el país, ya que a pesar de que se estima que en República Dominicana hay más de 50 mil personas con esa discapacidad, apenas hay alrededor de 20 escuelas y el número de intérpretes que prestan servicios a la sociedad no pasan de diez.
En el país no hay escuelas para preparar intérpretes, y que por lo general donde hay más personas que dominan ese lenguaje es en congregaciones religiosas, que capacitan personas, pero con fines de evangelizar, o sea, que va dirigido a un grupo muy específico.