La administración del alcalde de Santiago, Gilberto Serulle, cumplió ayer diez meses de gestión de poco avance, donde los escándalos se veían llegar acompañados de olvido y maniobras turbias.
Gracias a esta nueva gestión, hoy tenemos una ciudad que se está llenando de basura y un caos sin precedentes en el tránsito vehicular. Son diez meses que nos han enseñado que Serulle, si no cambia, va rumbo a un gran fracaso.



