No se explica para que el alcalde de Santiago, Gilberto Serulle, recibió otra vez en su casa al ahora candidato presidencial del PRD, Hipólito Mejía. Serulle es un hombre locuaz, pero cuando las cámaras estaban encima de él y de Hipólito, era evidente que no quería hablar a la televisión.
Se supone que un veterano como el ex-presidente Mejía se dio cuenta al instante que Serulle "se veía forzado" y como el que no quería hablar a los periodistas.
Fue tan corto, lacónico y tímido que "todo el mundo se dio cuenta". Hasta en las imágenes y el "corte" de Serulle que se envió a los programas de TV, se ve a un alcalde que "no quiere estar ahí". ¿Para que recibió a Hipólito en su casa si no se sentía a gusto con esa visita?



