El culto a la madre engrandece a los hijos. Viva o muerta, cada uno tributa hoy una demostración de cariño y gratitud a su progenitora. Mireya Puente, por ejemplo, desde hace 26 años coloca flores en la tumba de su madre, Enerdina Puente, en el cementerio de la avenida Máximo Gómez, en la víspera del Día de las Madres. Válido, su ejemplo.



