Para enamoradizo, nadie como el dominicano, un ejemplo es este joven, que solo le falto comerse a la chica del bikini blanco, se paro para verla pasar, no sin antes decirle algunos piropos, y mientras se alejaba no dejaba de mirarla, no disimulaba, quizás terminando de digerir el último suspiro.
Foto y texto: Viviendodeprisa.net