Este año que agoniza al principio se comportó de manera aceptable para el mundo del entretenimiento en el Cibao, pero luego de haber concluido su mitad, las cosas se pusieron color de hormiga.
Grandes eventos nacionales e internacionales se dieron cita en esta urbe, pero aunque los ánimos y las expectativas se mantenían en lo más alto, la situación económica no era la más adecuada para que los establecimientos se desbordaran de seguidores del mundo artístico.
El 2010 era un año que prometía grandes retos, pero las cosas no salieron a la perfección, solo esperamos que este que se avecina sea de mayor prosperidad y más aceptable que el que se retira.