
El patrimonio del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina en San Cristóbal esta convertido en ruinas y recuerdos que reviven el régimen con debates esporádicos.
La Casa de Caoba, una de las reliquias más emblemáticas y significativas del trujillato, porque la utilizaba para sus actividades amorosas, está convertida en un nido de avispas y crianza de gallos de pelea, tan bravos, según su cuidador, como el dictador.
Esta edificación está en un deterioro tal que ha sido abandonada a su suerte, al punto que el que la cuida tienea cerca de cinco años que no se le paga. El hombre entonces se ha dedicado a mantener en el lugar en trabas de gallos.
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