La situación que están viviendo hoy en día los centros de diversión de esta ciudad es caótica y carente de base para seguir subsistiendo en un medio que se ha puesto sumamente difícil. Muchos propietarios de estos centros están con el grito al cielo, debido que la crisis mantiene a muchos arropados con una sábana bastante amplia.
Por citar un caso, el señor Enriquillo Moya, quien era el propietario de la discoteca Las Vegas de Santiago, realizó unas declaraciones con respecto a este caso. El señor Moya explicó que los centros de diversión están apagados por la carestía que mantienen muchas agrupaciones en sus tarifas, lo que esto les ocasiona pérdidas al negocio porque no cubren los gastos de promoción y nómina del grupo.
También puntualizó, que el narcotráfico se apoderó de los centros de diversión, además, cuando contrataban una agrupación, aparecía otro que le ofrecía el triple de lo que le pagaban para dañarle el negocio. Muchos se han quejado con respecto a este tema, pero también deben analizar sus inalcanzables tarifas en cuanto a las entradas y bebidas de dichos centros de diversión, quizás esto es lo que más alejó al público.
