
El desespero que tiene el síndico de esta ciudad corazón por ganar las elecciones que se avecinan es casi increíble. Resulta ser que la semana pasada recibí una llamada telefónica al establecimiento donde trabajo, donde la persona con quién hablé me decía que el pertenecía a una casa encuestadora y le interesaba saber por quien sería mi voto el próximo 16 de mayo. Pero antes de que yo le expresara mi opinión, éste se declaró el mismo porque al mismo tiempo trataba de convencerme de que José Enríquez era una persona buena y que se preocupaba por esta ciudad, alegándome que teníamos que apoyarlo para que éste pueda seguir realizando labores a favor de la provincia. Pero lo que el no sabía era que su llamada me daría esta publicación que en el día de hoy ustedes están leyendo. Esto demuestra que el desespero que tiene José Enríquez Sued es tan grande que ya no se aguanta y tiene personas pagas para que telefónicamente traten de convencernos para seguir engañando a un pueblo que ya está harto de promesas. No queremos promesas, queremos respuestas.