13 dic 2009

Si "Tiguere" Woods fuera dominicano

"Tiger" Woods, uno de los atletas más dominantes de nuestra era, juega el partido más importante de su vida, y está tan desorientado que ni siquiera sabe con cuál palo pegará el primer golpe. Un pequeño e insignificante accidente automovilístico cerca de su hogar en la madrugada luego del Día de Acción de Gracias, en ésta, la ciudad mágica, desató una tormenta contra el mejor golfista del mundo, que acaba de anunciar un retiro indefinido para salvar su matrimonio, en peligro de extinción por actividades extramaritales. Lo cómico del asunto es que si Woods fuera dominicano, probablemente (en realidad, estoy seguro en un ciento por ciento) no tendría ninguno de los inconvenientes que atraviesa actualmente, al menos no por esas razones, al menos no al grado de enfrentar la merma en sus ganancias anuales ni tener que abandonar los verdes campos en pleno apogeo de su carrera. Con el perdón de la gran legión de hombres y mujeres miembros de la Asociación Internacional de Víctimas de Infidelidad de Cualquier Tipo (AIVICT), cuya membresía abarca cerca del 90 por ciento de la población mundial con más de 12 años de edad, me permito establecer una comparación entre las situaciones del Woods real y uno dominicano.