Los castigos originales, como el de permanecer una hora de pie en el patíbulo con un lazo alrededor del cuello, se han ablandado hasta llegar a sólo una multa de 1.200 dólares, pero el delito de adulterio sigue vivo en las leyes de Nueva Hampshire, igual que hace 200 años. Siete meses después de que el estado aceptó el matrimonio entre parejas del mismo sexo, los legisladores locales evaluarán una iniciativa para alejar al gobierno aún más de la alcoba y derogar esta ley. El demócrata Timothy Horrigan es uno de los patrocinadores de la iniciativa de ley para la revocación. Horrigan cree que el estado no debe regular las vidas sexuales de las personas, pero Kevin Smith, director ejecutivo de la firma Cornerstone Policy Research, dice que si se deroga la ley las familias se debilitarían al disminuir las penas por adulterio.
Por agencias
